A la hora de realizar una construcción es de suma importancia garantizar la seguridad de los trabajadores durante todo el proceso de la obra. Y no sólo eso, también del material y herramientas utilizadas. Para ello, es obligatorio el uso de redes de seguridad.
Las redes de seguridad son sistemas de protección colectiva utilizados en las obras para garantizar la seguridad tanto de los trabajadores como de los elementos que se utilizan frente a la posibilidad de caídas.
La Ley 31/95 de Prevención de Riesgos Laborales especifica que los sistemas de protección colectiva deben de anteponerse al uso de protecciones individuales (EPIS obligatorios), de manera que se garantice una correcta prevención de los riesgos laborales.
Para cumplir con su funcionalidad y poder garantizar la seguridad debemos de tener en cuenta:
- Tamaño: La superficie de la red debe cubrir completamente la zona de riesgo.
- Resistencia: La red debe soportar el impacto de una caída sin sufrir rotura y muy importante, que sus cualidades no se vean afectadas por cambios meteorológicos como calor o lluvia.
- Flexibilidad: La red debe retener a la persona o elemento tras su caída.
No todas las redes de seguridad son iguales, depende de dónde y para qué se utilicen.
Podemos diferenciar en dos grandes grupos: las redes verticales son de protección y se utilizan en fachadas y como barandillas en huecos y aberturas. Las redes horizontales son de protección o recogida y se utilizan para la protección de cubiertas.
Técnicamente podemos agrupar las redes en 4 grupos:
Tipo S. Red de seguridad horizontal con cuerda perimetral. Su uso está destinado a la protección de posibles caídas de los trabajadores en cubiertas, cubrición de huecos…
Tipo T. Red de seguridad horizontal anclada a cables guía en soportes que se anclan al hormigón. Se instalan en la primera planta y se va elevando según se van realizando las alturas de la obra. Ofrece protección de los trabajadores a distintos niveles.
Tipo U. Red de seguridad vertical, conocida como red de barandilla. Se sujeta a un soporte para ofrecer una protección lateral como, por ejemplo, en puentes.
Tipo V. Su uso es generalizado en las obras con hormigón armado. Se instala en la primera planta y según avanza la obra, se irá elevando. Ofrece una protección a todo el perímetro de la obra, y garantiza la seguridad de los trabajadores en los bordes de la construcción.